Ferroforma es la feria por antonomasia del canal ferretero. Ha habido varios intentos fallidos de desbancar a esta feria bilbaína, pero todo ha quedado en agua de borrajas, quizás porque ha existido más un instinto comercial que una verdadera vocación ferial, independientemente que haya que reconocer las ventajas que tendría una ubicación centralista, pero la tradición y la organización de un evento que haya contado con el respeto de los ferreteros nos manda a emigrar por unos días a la ciudad vasca.
No vamos a incidir en el nivel actual de las ferias con un esquema obsoleta que no despierta interés en los profesionales. La organización de Ferroforma se ha volcado como nunca en promocionar su feria, con presentaciones dentro y fuera de nuestras fronteras, publicidad, invitaciones, comunicados, aprovechamiento de la red, en suma, todos los medios disponibles para intentar aportar a la feria los máximos ingredientes para obtener el éxito. Inclusive se ha operado un cambio importante, esas  jornadas técnicas que antes no se contemplaban, ahora se convierten en un elemento clave para  provocar el desplazamiento al recinto ferial para obtener información que pueda ayudar a potenciar el negocio y engrosar cifras de visitantes, que  tanto necesitan las organizaciones feriales, hoy en día..
Pero además de esto, se va a celebrar un 20 aniversario. La organización prepara una fiesta para el día 14 en la que se concederán una serie de premios. Los más importantes, en nuestra modesta opinión, los de fidelidad a la feria. El reconocimiento a aquellas empresas y personas que durante estos años se han mantenido fieles a la organización y que, con más o menos dificultades han acudido a todas las ediciones con su oferta y en la confianza de contar con la presencia de sus clientes y con la esperanza de ganar algunos nuevos. Servirá para recordar anécdotas y experiencias vividas durante estos años,  juntar a personas que ahora se ven menos y , por tanto, intercambian menos experiencias. Puede ser una vuelta a esa tradición que imponía a la capital del Nervión, como verdadero foco del sector y centro e la ferretería de nuestro país. Existen leyendas y tópicos, pero quizás, en esta ocasión, sea necesario volver la cabeza atrás y contemplar los buenos momentos que ha aportado esta feria.
Es probable que nos pueda la nostalgia o que nos vamos haciendo mayores y disfrutamos contando batallitas ,pero cuando las personas se centran en el materialismo y pierden la ilusión vital, es que les queda poco por hacer en esta vida.
No sabemos que resultados deparará Ferroforma, pero  la fiesta es suyas y esperemos encontrar una buena pareja de baile que aporte la satisfacción general y esos buenos negocios que ahora se echan mucho de menos.