fuerte presión hacia sus márgenes con tal de no se les cierren las puertas para situar sus productos dentro de este grupo o de otros. De todas formas supone un notable avance en el capítulo de intenciones, ya que el diálogo con el fabricante no se limitó a los consabidos puntos de descuento, sino que se fue más allá en el concepto de cooperación y la clasificación de esos proveedores en distintas categorías, emanadas del nivel de cooperación que se tenga con el grupo. Evidentemente suena a nuevo y debe ser una de las principales premisas de colaboración que tienen que existir entre proveedores y distribuidores. Esperemos que sea así, porque ya suenan a rancio los conceptos de presión, bajada de pantalones, etc que han presidido las interrelaciones durante las últimas décadas.
Sí el concepto de volcar esfuerzos en la venta ya es de por si muy importante, el concepto de mejora de tiendas y la agrupación de cadena de ventas es muy importante. Este tradicional canal ferretero debe tender a la modernización de sus puntos de venta. Es fundamental armonizar las tiendas y hacerlas atractivas al consumidor para ganar su confianza y afianzar el concepto de prescripción, que los últimos tiempos parece haberse olvidado.
La explotación de una cadena de ventas en la que una imagen común potencie esa imagen de empresa en los ciudadanos es esencial para que el sector avance. Es triste que las grandes superficies sean perfectamente identificadas por el consumidor y que las organizaciones ferreteras, con mayor antigüedad y peso específico en el sector, sean apenas conocidas por el gran público. Hay que crear imagen y potenciarla para que sea algo tan cotidiano que la sociedad lo asuma como algo propio.
La clasificación de las tiendas por categorías se antoja mucho más difícil, aunque sea una buena aspiración. Siempre nos hemos quejado de la falta de corporativismo de los ferreteros hacia sus grupos y ahora no va a ser tan fácil que renuncien a perder la identidad propia. Pero sí no se intenta, nunca se va a conseguir, cuando en Sudamérica, sin ir más lejos, esto es una constante desde hace más de 40 años.
El funcionamiento interno del grupo fue lo que despertó más dudas, ya que las respuestas a las incógnitas planteadas por los proveedores sobre plantillas, negociaciones y comisiones de trabajo, dejaron en el aire de que no hay fórmulas nuevas y que puede haber un cierto continuismo estructural.
Tendremos que esperar a que la cosa funcione y dar un voto de confianza a quienes intenten cambiar las cosas que tiempo habrá para analizar futuras actuaciones.