Se impone una reflexión, porque se está jugando mucho en estos momentos, que no es otra cosa que el futuro del denominado “sector tradicional”. La también denominada “distribución avanzada” tiene claros sus propósitos y como se desarrolla en el conjunto de un serie de proyectos empresariales de carácter individual, avanza con notable penetración en la tarta sectorial de la distribución de ferretería y bricolaje, como lo demuestran sus correspondientes balances, aperturas y nuevos proyectos. Quizás es una ventaja que todo queda en manos de un grupo profesional que desarrolla un proyecto analizado hasta la saciedad y que no rinde cuantas hasta final de año.

Este es uno de los principales problemas con los que se encuentra el “sector tradicional”. No hay descanso para las informaciones del proyecto y su constante revisión. El proyecto sufre revisión constante, posiblemente porque no se expresa en su totalidad y deja lagunas que crean dudas entre quienes tienen luego que desarrollarlo, es decir los socios, para quienes se trabaja, pero también quienes arriesgan su dinero, sí la cosa no sale como se esperaba. Es importante este término y hay que explicar detalladamente el nivel de riesgo y los beneficios, por muy a largo plazo que se esperen. Siendo así es más factible convencer a los indecisos y buscar aliados que consoliden el proyecto y potencien este sano “sector tradicional” que siempre ha sacado las castañas del fuego y avanzado muy a pesar de las zancadillas que se le han presentado, Administración incluida.

El futuro sectorial está en juego y no los proyectos personales de nadie. Tenemos que avanzar, progresar, pero no a cualquier precio. No se puede perder todo el terreno conquistado y ese liderazgo en la distribución que tanto ha costado lograr. Hay que explicar para convencer, o quizás hablar menos y trabajar más, hasta que el proyecto esté consolidado. O también, avanzar y dar las explicaciones oportunas cuando llegue el momento, como será SOLFER en septiembre cuando ponga en marcha su encuentro con proveedores y plantee un proyecto mucho más sólido de lo que pudiera parecer, a tenor de las críticas virulentas e injustificadas que ha recibido, desde algunos círculos y que no pretendían más que enfrentar a los proveedores contra este proyecto de claros tintes europeístas.