Mucho se ha hablado y se hablará sobre los distintos tumbos que ha dado esta pretendida reunificación sectorial. Es un proyecto de envergadura que, insistimos, sería beneficioso para el sector, pero que choca de frente con muchos de los miedos del ferretero tradicional.
El principal problema para llevar a buen fin este tema es la propia idiosincrasia individual del ferretero que siempre se ha destacado en realizar acciones beneficiosas para su propio negocio. Las cooperativas y los grupos enmascararon esta tendencia en aras de un proyecto común que beneficiara a un colectivo. Pero, en el fondo, se mantiene esa tendencia individualista que es un importante obstáculo para emprender empresas de mayor envergadura. Ese individualismo lleva implícito la falta de carácter empresarial de los negocios ferreteros. Se puede estar orgulloso de ser tendero, como bien afirmaba Miguel Rodríguez, expresidente de AGREFEMA y abogado de carrera, pero se puede ser empresario y tener visión de futuro, como el mismo la tenía.
Hay que evolucionar y asumir espíritu colectivo, porque con esa mentalidad decimonónica no se va a ningún sitio. Y si no, no tenemos más que ver como se encuentra el sector en la actualidad. Solos no se va a ningún sitio. Es necesario afrontar retos, diseñar proyectos comunes y ponerlos en marcha para que el sector avance, sí es que queremos tener futuro.
Con tan gran disparidad de criterios es difícil llegar al consenso y sobretodo sí se pone encima de la mesa un plan inmenso y avanzado  que no entra en  unas mentes acostumbradas a pensar en primera persona y en su cuenta de resultados.

Por eso es necesario también, explicar los temas en un lenguaje llano y comprensible para todos y lo más cercano a un término que todos entienden muy bien, “que beneficios nos va a reportar en el futuro”. De esa manera, los posibles sacrificios y pérdida de identidades serán más asumibles para que todas las mentes piensen en la misma dirección y se encaminen al beneficio mutuo..

Las consecuencias las padecemos ya, creación de nuevas fusiones y acuerdos de colaboración entre grupos dispares, que ahora mismo sorprenden a la mayoría, pero que el tiempo dictaminará sí su estrategia era la correcta, pero lo cierto es que el objetivo  final de la reunificación del sector tradicional, ahora está más lejano que hace unas fechas en que cada cual campaba por sus respetos, porque a pesar de todas las fusiones, cada grupo mantiene su identidad y negocia por separado con los proveedores que ya no saben a que atenerse, dentro de un universo de mínimos en el que ya no se puede renunciar a nada.
Esperemos que el acuerdo ANCOFE-FERGRUP por lo menos cristalice y el sector cooperativo vuelva a ser como antes, salvo dos cooperativas que, de momento, han emprendido otro camino. Pero, insistimos, es necesario pensar en colectivo y positivo para cerrar con éxito el objetivo final.