Se ha hablado de fusiones Express, cuando todo lleva su proceso y cada cual desarrolla su programa sin tener en cuenta los movimientos de otros que serán presuntamente rivales en este mundo convulso de la distribución tradicional de ferretería, que en vez de tender hacia la unificación, parece que opta hacia un desmembramiento al encontrarse intereses diferentes entre quienes pretendían unirlo. Y es lícito, ya que cada cual busca lo mejor para sus intereses, pero siempre dentro de un proyecto serio que sea participativo y que cuente con la participación del proveedor para llegar de forma efectiva al consumidor. El consumidor, ese objeto de deseo que está hay, es el principal protagonista, pero al que hasta ahora no se le ha concedido la debida importancia. Hace más de 15 años que la gran distribución de alimentación inició estudios para analizar los hábitos y costumbres del consumidor con el fin de dar respuestas adecuadas. Sin salirse del canal, antes, Antonio Valverde, por entonces Gerente de COMAFE, afirmaba con convicción que en todo este proceso, “el cliente es el rey”. Sin embargo, hasta ahora nadie se había acordado de estos conceptos dentro de nuestro canal.

Ahora, tanto Solfer como C+C, basan su estrategia en aportar valor en toda la cadena con especial incidencia en el consumidor, aspecto en el que los proveedores tendrán mucho que decir, sí quieren ser partícipes de ello. Todo a su tiempo, porque para que el proyecto culmine, lo primero es necesario que los socios conozcan el proceso en profundidad para poder tomar sus decisiones, porque a fin de cuentas son los que se van a jugar su dinero y no quienes pregonan su fusión, como si fuera una carrera de velocidad en la que es prioritario llegar el primero a la meta. Las cosas deben hacerse a su debido tiempo y con arreglo a un proceso estudiado, tal y como lo hacen estos grupos. No es una cuestión fácil, porque como dice Alfredo Díaz hay que romper con muchos tabúes y cambiar completamente la manera de pensar y trabajar, porque el canal necesita un cambio sí quiere mantener su papel protagonista en la distribución. Ignacio Sánchez de Leroy Merlin decía el otro día que el consumidor cambia y que ahora es más desconfiado, consulta, utiliza nuevas tecnologías y que para colmo se ha vuelto más ahorrador por las circunstancias, con lo que se complica la labor de encontrar su debida satisfacción. Aquí va a desarrollarse la verdadera batalla y quien antes encuentre el camino de llegar al consumidor, habrá logrado su objetivo.

Para finalizar, confiemos en la capacidad de adaptación del profesional de la ferretería, que desde la Edad Media ha sabido adaptarse a los cambios que ha asumido la sociedad y no menospreciemos esa capacidad y profesionalidad, como hacen algunas plumas calenturientas, y salir adelante con su esfuerzo diario y la necesario dirección a nivel colectivo. Como nos sugirió rocío Pajares, mandemos un mensaje de esperanza de que el ferretero sepa dar la talla con responsabilidad y afrontar con criterio el reto que le supone el cambio en la actualidad.