Olvidando está posibilidad, durante los últimos meses apreciamos la tendencia en los grupos de contactar con los fabricantes españoles para reemplazar a sus proveedores chinos. En Europa ya se da este hecho y algunas fábricas silenciosas han vuelto a rugir al movimiento de sus máquinas. Ya no es un problema de precio, sino más bien de condiciones. La liquidez falta a todos los niveles y es preferible comprar más caro sí tengo la mercancía antes, en buenas condiciones y, además, obtengo una financiación pequeña que me permite respirar durante 30 días.
Hace varios meses que ya advertí de este tema y me alegro de que se siga el camino indicado. Se puede trabajar con China, todo el mundo tiene derecho a comer, pero ahora trabajar con el fabricante nacional supone una serie de ventajas, quizás menos en el precio, que todo es negociable. Pero las fechas pueden programarse y los envíos llegan en tiempos de record.
Ahora mismo, el problema de las importaciones es el pago por adelantado y la falta de compromiso en los plazos de entrega, por culpa de los niveles de producción en origen y el tiempo del traslado por parte de las navieras que apuran los barcos hasta que obtienen una carga aceptable. Y no olvidemos que los precios de los fletes se han disparado enormemente.
Así que, mejor trabajemos con producto nacional y sí se quiere comprar en China, utilicen a expertos para que el pedido no les salga demasiado caro.