hemos tenido el caso de una persona que ha solicitado el servicio y exigido que se le cambiaran ¡¡¡18 cerraduras!!!  en un chalet. Este programa se hizo para ayudar a personas con escasos medios que hubieran tenido la desgracia de ser víctimas de violencia de género y no a quienes disponen de una buena cuenta corriente. Esa no es la manera y deberá corregirse en el futuro para que este programa sea de verdad de ayuda.
Por otro lado, las mesas redondas dan su fruto, con ese objetivo las pusimos en marcha y, también, de forma lenta, pero contundente, empiezan a crear expectativas. Sí el pasado año comenzaron los primeros contactos entre cerrajeros y distribución, ahora vamos más allá y se eleva una nota a los fabricantes por medio de la distribución, para que los fabricantes introduzcan el elemento antitarjeta en sus cerraduras. Son primeros pasos hacia metas más ambiciosas, pero ya empezamos a articular el diálogo entre los estamentos y hay una preocupación por trasladar las necesidades del usuario final hacia el fabricante para que este pueda dar respuesta a esas inquietudes. Hace años hablar en estos términos era bastante complicado, pero ahora que el mercado está poco animado es el momento de volver a promover el diálogo y encontrar soluciones para todos, basadas en el elemental criterio de “educar al consumidor” para que entienda la profesión cerrajera y los productos que el fabricante presenta al mercado.

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