Viene este comentario por la celebración del X Memorial Blas Blázquez, querido y recordado por todos aquellos a los que nos honró con su amistad. Sus amigos han mantenido vivo su espíritu y cada noviembre volvemos a recordarle con la celebración de esta fiesta, que además viene a premiar al agente comercial, otra de mis debilidades.
La organización de cualquier evento supone un gran derroche de tiempo, ganas y, al fin y al cabo, dinero. Por eso es encomiable, como año tras año, estos pequeños profesionales organizan su fiesta y entregan su premio al agente comercial, contra viento y marea.
Lo importante no es la fiesta, sino el recuerdo y la reunión de distintos profesionales, muchos competencia entre sí, pero que esa noche se olvidan un poco de ello y conversan animadamente sobre los clientes y las peculiaridades del sector.
Es reconfortante ver a Paquito Leal y sus muchachos como se vuelcan con la gente, se preocupan de que cada año asita la gente y comparta con ellos sus recuerdos y sus esperanzas. Mientras exista gente como esta, el sector no se puede morir, aunque todos debamos evolucionar hacia fórmulas más desarrolladas que permitan el asentamientos de los respectivos negocios.