Ejemplo

Pepe, ya jubilado desde principios de este siglo
ha sido toda una institución en la representación
de ferretería. Segunda generación de representantes,
logró un gran reconocimeinto entre sus
clientes y casas representadas. Además trabajó
mucho por lograr elevar la categoría del representante
y reconvertirlo a Agente comercial. Fue
un gran colaborador del Colegio Madrileño de
Agentes comerciales, donde tuvo diferentes cargos
(vicepresidente, Relaciones Internacionales,
Formación Profesional, entre otros) y en el Colegio

Nacional.

Luchar contra la adversidad
Desde 1986 en que tuvo una grave enfermedad
que le postró en una silla de ruedas, mantuvo un
gran tesón por mantenerse en una constante actividad.
Fue de los primeros en tener un carrito
eléctrico y reconvertir su coche para poder conducirlo
y mantener el contacto con sus clientes.
Hasta el final de su vida profesional fue todo un
ejemplo para los Agentes Comerciales y muy
apreciado en el sector ferretero madrileño, hasta
que entregó el testigo a su compañero Carlos
Nadales, quien se han mantenido a su lado por
el espacio de 40 años, iniciándose en la profesión
cuando todavía era un niño y le llamaban
Carlitos, y así se quedará, aunque hace tiempo
que mereciera llamarse don Carlos.
Pepe había empezado su carrera profesional en
1954 con 18 años (nacido el 1 de junio de 1936
en Madrid), primero con su padre y luego con
Carlos, con quién fundó Recofer, agencia de representación
que todavía se mantiene en activo,
por medio de su socio y de Víctor, quien se incorporó
en la última etapa en activo de Pepe.
Más de 50 primeras marcas han pasado por su
representación, en diversos sectores, aunque
siempre se ha inclinado un poco por la cerrajería.
También han sido muchos los profesionales que
A los 77 años de edad ha ffalllleciido
Pepe Marrttíín de Berrnarrdo
se han formado a su lado, ya que el aspecto docente
ha sido uno de sus muchos puntos fuertes,
ya que para él, la profesión de Agente Comercial
estaba por encima de cualquier otro aspecto profesional.

Vocación

Escritor de vocación ha realizado diversos ensayos
sobre la profesión, fue finalista del premio Ortega
Munilla de literatura y colaboró en diversas
publicaciones del sector ferretero hasta su jubilación.
Nos dejó unas encomiables “Historias Ferreteras”,
editadas por la editorial donde prestaba mis
servicios y realizadas por el equipo que dirigía,
entonces.
Muchas han sido las horas compartidas, las
anécdotas reflejadas y sus sueños de escritor,
que ahora no podremos completar, como su proyecto
de realizar un trabajo sobre los “curiosos
nombres” que tenían las ferreterías españolas.
En las Navidades de 2001, en el transcurso de
las I Jornadas Ferreteras recibió un homenaje
por parte de la organización, en la que quizás fue
la última aparición pública de Pepe, quien se retiró
a su chalet de Pozuelo (Madrid) a disfrutar de
su retiro, vocación literaria, pero no perder de
vista nunca, su gran obra, Recofer.
Desde aquí el pésame a su mujer Carmen, Carlitos
y el resto de su familia, por esta pérdida irreparable
para ellos y para nuestro sector.