La ferretería hace más de 20 años que renunció a la alta seguridad y ahora apreciamos los resultados. Eso no debería volver a repetirse, porque sería una pena que llegara a producirse. Pero para ello hay que especializarse, ofrecer surtidos interesante y servicios adicionales al cerrajero y un margen apropiado para que el cerrajero se pueda ganar también la vida.
Hasta aquí bien, porque este acto ha servido como colofón a la gran labor desarrollada por UCES para conseguir el reconocimiento oficial a la profesión de cerrajero y desterrar de nuestro país a aquellos intrusistas que, además, cobran precios desmedíos y que tanto desprestigian a la profesión y dan culto a esa “leyenda negra” que convierte al cerrajero en una persona proclive al engaño y los precios abusivos. La entrada de la figura del cerrajero en la futura Ley de Seguridad Ciudadana es una gran noticia, aunque no se ha logrado llegar a la cima todavía, pero es una gran alegría y la recompensa ante tanta labor poco reconocida, pérdida de horas de trabajo, horas de sueño, tensiones, etc, que ahora parece que se empieza a despejar. Y en este sentido, siento personalmente la dimisión de Davis Ormaechea, persona honrada y gran entusiasta de su profesión, al que los acontecimientos le han desbordado y ha tenido que parar. No le echaremos de menos, porque a través de Grupo Cerrajero o en la propia UCES mantendrá ese espíritu de colaboración y trabajo que le caracteriza. Ánimo David, que todos sabemos lo mucho que has hecho e intentaremos que no se olvide.