Principalmente porque se han marchado algunos amigos entrañables con los que no volveremos a compartir, conversaciones, experiencia y sobre todo, amistad.
Sectorialmente tampoco tenemos muchos argumentos para que este 2013 sea digno de mención. El fondo parece que nunca llega y la situación se mantiene complicada en nuestros hogares. La inseguridad frena el consumo y con ello las empresas fabricantes y distribuidoras se mantiene en la incertidumbre de que camino elegir. Conservadurismo o innovación, pero innovar ¿cómo y para qué?, sí todavía no existe esa alegría consumista que se frenó en el verano de 2008.
Desde que empezó la crisis, hemos apuntado con reiteración que se debería estrechar la colaboración entre fabricante y distribuidor para intentar rentabilizar sus acciones de cara al mercado. Ha habido ejemplos fructíferos y sonoros fracasos, pero la experiencia no deja de ser positiva, porque cuando el mercado emerja de la profunda sima donde se encuentra inmerso, estas acciones son las que se recordaran y marcarán las relaciones futuras entre proveedores y distribuidores.
Cuando se iniciabas el mes de agosto en el que casi todo el
mundo se va de vacaciones y algunos esperábamos poder
iniciarlas, a la hora de la comida del primer domingo del mes
recibía la cruel noticia, Bernardo Pons nos había dejado el día
anterior, increible, pero cierto.
Bernardo Pons había llegado a los 67 años, pero se resistía a
jubilarse, porque su empresa era su vida. Se quejaba de que sus
hijos (Bernardo y Sissi) no le dejaban ir a las ferias completas,
Conozco a Jordi Suari desde hace más de 10 años. Es uno de
los culpables junto a Pablo Muñoz de que me interesara por
el emocionante mundo de la cerrajería.