Los últimos movimientos con las fusiones, colaboraciones o como se quiera llamar son un ejemplo de ello, sin olvidarnos de las futuras plataformas que pueden cambiar el status establecido. Eso, o esperamos a que se implante un mayorista chino con precios de allá y servicio de acá y entonces todos a temblar.
Lo cierto es que ahora se quiere cambiar, hay voluntad para ello y se dan los pasos necesarios para poder entrar en esa dinámica de cambio.
El problema fundamental de ese cambio es la atomización del sector y la falta de homogeneidad de los establecimientos asociados a cualquiera de los grupos que tenemos en la actualidad.
Esa falta de homogeneidad es la que ha puesto en crisis el sistema cooperativo, amparado en la unión de ferreteros de diversas tendencias y tamaños. Lo que fue un valor de continuidad, ahora se ha convertido en un apretado collar  que ha impedido la evolución de algunas organizaciones que ahora valoran el cambio del sistema cooperativo por uno societario.
Es normal que profesionales de elevado volumen cuestionen que su papel sea idéntico al de otros que apenas llegan al 10 % de su potencial, pero en este mundo todos tienen derecho a vivir. Somos partidarios de la evolución y progreso del sector, pero no a cualquier precio. Existen muchos buenos profesionales, apreciados en su entorno, fieles pagadores y buenos socios que no han tenido la oportunidad de crecer, o no han sabido o no lo han necesitado para mantener su status vital. Tampoco es justo que prescindamos de ellos o los condenemos al ostracismo. Regulemos el futuro del sector, pero no excluyamos a nadie, porque de muchos poquitos se hace un muchito y a lo mejor a alguno no le salen las cuentas a la hora de manejar volúmenes con los proveedores que son los espectadores de excepción de este proceso que también vital para su futuro.
Innovemos, mejoremos, pero no olvidemos de quien mantuvo el sector ante las grandes superficies en los años 90 y posteriores, porque al final todo suma y sus cifras son interesantes para redondear las negociaciones.
Las palabras tan utilizadas de “condenados a la desaparición” son una injusticia para quienes trabajan duramente todos los días para salir adelante y que ahora puedan verse además fuera del juego distributivo. ¿O es qué acaso hay que recordar que en la actualidad son, precisamente, las ferreterías de barrio las que mejor soportan la crisis y potencian el lejano concepto de fidelización por parte de sus clientes?.
Por último, con vuelta al concepto evolución, cifra máxima para el Eurobrico Meeting Point que ha captado con sensatez el desarrollo del bricolaje y evolucionado hacia un congreso profesional que ya puede contarse entre los principales de Europa en materia del bricolaje. Ellos comprenden un estadio posterior y tienen bien asumido su papel y saben hacia donde quieren ir. Copiar no es maslo, sí es para asumir mejoras en el funcionamiento de nuestro medio de vida.