El acuerdo entre CECOFERSA y COMAFE es una consecuencia de esta exigencia. CECOFERSA necesita contar con un almacén que pueda servir con regularidad y velocidad a sus asociados, mientras que COMAFE necesita darle salida a un mercancía que se le puede acumular y estrangular económicamente. Visto así, comunión de intereses perfecta, ya que logran objetivos diferentes con una misma acción. Desconocemos sí hay otros flecos que contemplar, como distribución de rappeles, precios distintos a los socios, plazos de entrega, etc que se escriben con letra pequeña en todo tipo de acuerdos.
Desde CECOFERSA (central) y sus socios el convenio se acepta como muy positivo para ellos, ya que no deberán engordar sus pedidos para llegar a los mínimos para portes y tendrán una agilidad mayor, así como capacidad de respuesta ante la demanda de sus clientes. Además, los asociados de Madrid contarán con la posibilidad de acudir al almacén para solventar sus urgencias, con lo que tendrán un valor añadido extra con el que no contarán sus compañeros de viaje de su central.
Desde COMAFE y su junta, está claro que se aprecia con miras optimistas el acuerdo, porque para eso lo han firmado. Sin embargo, a nivel de competitividad, quizás sus socios deberían preguntarse sí ese trato preferencial a una organización ajena a su cooperativa, puede afectarles a nivel de las mermadas ventas que se producen en estos días. Evidentemente, las condiciones de compras no son las mismas, sólo faltaba eso, pero sí que se ofrecen unas mejores condiciones de lo que se ofrece en la línea media del mercado, y, además, sin haber tenido que invertir el dinero que vale la entrada en COMAFE. La respuesta está en manos de los socios, que son los que se juegan día a día su dinero.
Por otro lado, nuestro sector, a nivel cooperativo, se encuentra inmerso en una fase de fusiones o adquisiciones de estructuras similares. Ya vimos el caso de COFERDROZA-COFEDEVA, COMAFE-COFEDAL, la creación de NCC o la propia de PROFER, después del fallido intento de SOLFER. Ahora le toca el turno de fundirse a las dos cooperativas vasco-navarras, que a partir de enero tendrán una nueva identidad común que esperemos de los resultados apetecidos. UNIFE e Iruña, estaban condenados a entenderse y así podrán mantener una cooperativa más fuerte y con mayor cuota de mercado en su zona de influencia, aunque la estructura de los socios no sea la misma en ambas cooperativas.
Nos preguntamos sí en Levante hubieran tomado esta decisión a tiempo, quizás ahora existiría una cooperativa fuerte en esa zona y se hubiera evitado la desaparición de dos cooperativas con más de 40 años en el mercado.